La celebración de Corpus Christi en las comunidades indígenas de Michoacán es un rito de agradecimiento por los frutos del trabajo que surte el efecto de un acto liberador, es entonces que por virtud de la fe se logra superar la crisis y los problemas cotidianos para compartir lo mucho o lo poco que se tiene, tal como se pudo apreciar en la comunidad purépecha de San Jerónimo Purenchécuaro, donde la manifestación de la fiesta aglutina los valores eclesiásticos, sociales y comunales. Esperamos que los pueblos se hermanen en la tradición, pues es la forma en que podemos solidarizarnos más en el trabajo y vivir en comunión como pueblo, expresaba Carlos F. Marquez en entrevista con Horacio Linares de que además de comunero ostenta el cargo social más relevante en la comunidad, es padrino de velación del carguero encargado de organizar la fiesta del Corpus, por tanto, es una de las personas que viven la fiesta desde su más íntima expresión.
Efectivamente, la tradición hermana a todas las comunidades purépecha que celebran el jueves de Corpus, por más que algunos sacerdotes se hayan empeñado en cambiar la fiesta para el domingo y así evitar aquello de la tomadera prolongada o las ausencias al trabajo, finalmente, es este un festejo asociado con la cultura laboral comunitaria. La fiesta refrenda lo comunitario Además de las implicaciones religiosas que tiene la celebración del Corpus, hay otros elementos esenciales que pasan inadvertidos para el visitante, por estar ligados con la vida cotidiana de la comunidad: la estructura de todo el calendario festivo tanto cívico como religioso la otorga el sistema de cargos, es decir, la organización de la fiesta que recae en personas que han adquirido la representación social mediante asamblea de comuneros.

Quiroga, Michoacán de Ocampo

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